jueves, 16 de febrero de 2012

PRINCIPIOS DE LA PASTORAL VOCACIONAL (Parte 6)


B. Objetivos particulares 


       5. Presentar con claridad las actitudes vocacionales de Jesús, sin dejar de lado una catequesis vocacional cristológica, sabiendo que es Jesús la mediación vocacional fundamental. En este sentido se puede afirmar que todo el evangelio es vocacional. Ayudar a los candidatos a caer en la cuenta de las actitudes vocacionales de Jesús, como su intensa relación con el Padre, su búsqueda del camino de la oración, su amor por una tierra concreta. su entrega al servicio de los demás, especialmente de los pobres y los enfermos. Recurrir a María como modelo vocacional. Ella es verdadera discípula de Jesús. Iniciar en algún tipo de devoción mariana para acostumbrar a los creyentes a recurrir a su ayuda en los planteamientos de su propio futuro. 


  7. Abrir espacios de oración vocacional, donde los jóvenes encuentren la posibilidad de compartir en la fe la visión de su propio futuro, sus planteamientos vocacionales. Es proporcionar lo que no encuentran en su propio ambiente familiar y social: una oportunidad de silencio, de reflexión y de oración, de contacto con los textos bíblicos vocacionales; un ámbito comunitario de amistad en la fe, donde se comparte el anhelo de escuchar la llamada y de responder con alegría. Un lugar y un tiempo para expresar lo que llevan en el corazón y estimularse mutuamente en el camino de la fe. 

  8. A dar a los creyentes a descubrir la realidad concreta de la iglesia en los servicios que presta a los hombres y a participar en ella. Que pasen de la sola percepción del templo y del culto al descubrimiento de los salones de catequesis, de las visitas a los enfermos, de las obras de caridad. El hecho de actuar y colaborar en el Iglesia es ya un planteamiento vocacional de primer orden. 

  9. Clarificar el sentido de auténtica realización humana que implica la aceptación de  valores evangélicos de servicio, entrega, y amor a los hombres. Frente a la imagen tan común de las personas consagradas como disminuidas, acomplejadas, empobrecidas en su dignidad. Al contrario, hacer ver las grandes exigencias de libertad y de madurez que exige el camino vocacional. Esta visión prepara la opción por valores más específicos con un sentido plenamente humano. 

10. hacer descubrir a 105 jóvenes sus capacidades personales, y de modo muy especial a aquellas que facilitan la construcción de la iglesia, como son la colaboración, el servicio, la gratuidad. Descubrirles la necesidad que tiene la Iglesia de personas que pongan todos sus talentos a funcionar en orden el Reino de Dios. La vocación es un don de Dios que conlleva el desarrollo y la integración de todos los dones que él mismo nos ha dado. 

11. Poner en contacto con las necesidades más urgentes del entorno humano y. eclesial, necesidades del cuerpo y del espíritu que piden una pronta solución. Las necesidades de los demás están a la base de los diversos planteamientos vocacionales a lo largo de la historia. Es proponer experiencialmente las mediaciones históricas de la vocación. Se trata de ayudar a los jóvenes a salir de sí mismos y de la vida cómoda que en muchas ocasiones se les ha fabricado para abrir las fronteras de su percepción y de su corazón. 

12. Facilitar a todos la lectura creyente de los acontecimientos sociales, religiosos y políticos, de modo que descubran horizontes y posibilidades vocacionales para sí mismos. Llevar esta lectura a la dimensión grupal por medio de la oración vocacional. Es explicitar en el plano orante y grupal la noticia de las mediaciones históricas. 

13. Ofrecer el testimonio vocacional de los santos, como modelos concretos que la Iglesia propone a nuestra fe en un camino vocacional específico. En nuestro momento actual contamos con medios estupendos para presentar a los santos: textos, imágenes, biografías, anécdotas, películas... El contacto frecuente con el testimonio de los santos clarifica las posibilidades vocacionales concretándolas bien en personas particulares. 

14. Presentar a los candidatos un abanico vocacional suficiente que corresponda a cada etapa de su proceso. Presentar también este abanico a todos los creyentes y a las familias de los candidatos, para que valoren todas las vocaciones y oren por ellas. En la medida que se presenten todas las vocaciones equilibradamente, se abrirá la posibilidad de una mayor libertad para la opción. 

15. Facilitar a los candidatos el contacto con comunidades vivas que representen concreciones vocacionales en la vida de la Iglesia. Un medio que no debe faltar es el recurso a las comunidades de vida contemplativa, que complementan los variados testimonios de compromiso y acción apostólicos. 

16. Llevar a su plenitud vocacional el proceso grupal de crecimiento en la pastoral juvenil y educativa. Es una referencia obligada, Ia más natural y, por ende, la más eficaz. Ofrecer a la organización de la Pastoral Juvenil la catequesis vocacional necesaria. 

17. Llamar directa y claramente, deber fundamental de todo promotor vocacional. La llamada atrayente, sí, por el testimonio, pero también por la palabra que provoca una reacción, que invita personalmente a los jóvenes a responder al urgente llamado de Dios. 



(Continuara...)

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